En la mañana de ayer se concentraron frente al municipio los choferes de las desaparecidas empresas locales Sargento Cabral y Acevedo, a la fecha desocupados, para expresarle al municipio que sean incorporados en la empresa que sea contratada para explotar las lineas de colectivos en Esquel.
«Nos enteramos que se iba a realizar una apertura de sobres para ver lo que ofrecían las empresas interesadas en venir a prestar el servicio y por eso nos vinimos», manifestó José Luis Cayul, quien hizo de vocero de los trabajadores del volante.
Advirtió que «el concejal Austin dijo que se tenía que juntar con el intendente para la apertura de sobres y ver el ofrecimiento y queremos que tengan en cuenta a los choferes que trabajábamos para Transportes Acevedo y Perazzo. Somos cerca de 9 personas que nos quedamos sin trabajo desde hace casi un año y medio. Quedamos en la calle porque ahora está difícil conseguir trabajo y no hay otra salida. Por ahí alguno hace una changa, maneja un taxi o se la rebusca en la construcción, pero ninguno consiguió un trabajo estable».
Cayul hizo hincapié en las dificultades para incorporarse a la vida laboral, «está todo parado por la pandemia, no hay transporte escolar, no hay turismo. La expectativa nuestra es que se largue el servicio urbano y poder volver a trabajar. Estamos desesperados porque hace un año y medio que estamos en la calle y tenemos compromisos, deudas. En mi caso tuve que vender el auto para pagar la luz y el gas, y hoy ya estoy otra vez endeudado porque no tenemos de donde sacar para afrontar los gastos y servicios. Así que estamos complicados, la situación es muy difícil y no hay salida».
Al ser consultado sobre la falta de empresas en la reciente licitación del servicio, el chofer señaló que «el error que cometió el municipio fue poner un plazo de dos años cuando en ese tiempo no va a recuperar ni los gastos. Dos años es muy poco y por eso no se presentó nadie. Entonces la empresa no tiene garantías de recuperar la plata que tiene que invertir en mover los coches, armar un galpón. Y no creo que haya alguien decidido a trabajar a pérdida».
Asimismo, opinó que «es una lástima el cierre de las únicas dos empresas locales de transporte urbano. Perazzo había trabajado toda la vida en el transporte y destruyeron las únicas dos empresas que había y sólo quedó Jacobsen que depende de la provincia. En todas las ciudades los municipios aportan al transporte urbano que en definitiva es un servicio municipal, quizás si le hubiesen dado un pequeño subsidio hoy tendríamos el servicio». Sobre el final, confió que en este contexto «el más perjudicado, aparte de nosotros, es el pasajero. Gente grande, trabajadores, que de un día para el otro se quedaron sin transporte. Si el pasajero hubiese sido la prioridad tendrían que haber hecho algo. Hoy la plata pierde cada día valor y si te moves en taxi todos los días perdés un montón de plata, en cambio con el colectivo teníamos valores más accesibles. Llevamos un año y medio sin transporte y pareciera que hay otras prioridades para el municipio».